viernes, 28 de octubre de 2016

La crisis - Un país llamado mundo.

Hay a quien con la vida solucionada, o eso cree, acusa a los que según él no han sabido guardar o no han sabido mantener su puesto de trabajo o su negocio, ahora y siempre según ellos, piden la ayuda de Papá Estado. 
Hablando desde la perspectiva y del hacer diario que da la vida, la gente no busca excusas, solo trabajo, realmente poco les importa las cuitas de unos y otros, pero si el porqué hemos llegado a esta situación y quien sale beneficiado. 
Nadie ignora, que el 90% de los fondos públicos del estado, han sido destinados a la banca, con ese razonamiento quien puede buscar excusas para nada, sencillamente han hipotecado nuestro futuro en manos de unos usureros, unos usureros que poco antes de la crisis ganaban millones a espuertas y colocaban a todos los políticos que quedaban fuera de servicio, en sus consejos de administración. 
La derecha de centro y la izquierda progresista buscando quedar bien con sus votantes, privatizaron algunas de las empresas publicas que poseían y eran la salvaguarda del antiguo régimen para el sustento de los suyos, acostumbrados desde tiempos ancestrales a tener una hucha que cuidase de su futuro. 
Claro que esta fea costumbre no desaparece en dos días, bien por el contrario se incrementa, nuevos ricos aparecen por doquier a la sombra de sus amigos de la clase política, unos crean leyes y los otros se aprovechan de las mismas, ley del suelo, planes urbanísticos. 
Ante el crecimiento que esta nueva España parecía tener, sin orden ni concierto, la demanda de mano de obra se incrementa y nuestros vecinos del norte de África comienzan hacer su aparición, los años 90 producen una llamada masiva de mano de obra en el nuevo continente, bajo los auspicios de un progresismo decadente España se llena de latinoamericanos, nada en contra, al igual que nosotros en los sesenta en Francia y Alemania, solo buscan trabajo. 
Una mano de obra barata utilizada por los españoles, que como un manicomio se dedican a abrir negocios por doquier, aparece una nueva forma de ver el mundo. 
La corrupción se extiende por todas partes, el dinero negro fluye como setas, los paraísos fiscales para los mas ricos, el colchón y el ladrillo para la clase media emergente. 
España se convierte a su vez, en el país donde circulan más billetes de quinientos euros, fruto todo ello de la economía sumergida y el dinero negro. Hacienda y los políticos de turno lo saben, pero todo va tan bien que callan, callan como cómplices de una situación que al mismo tiempo que les beneficia, se les escapa de las manos. 
El lumpent proletariado reclama su parte del pastel, pero alguien enciende una cerilla en EEUU y arde Europa, las subprime han hecho explotar la bomba.
Es a partir de ahí que el mundo se desmorona, empezamos a tomar conciencia que el problema de la globalización y la teoria del Cao van unidos. "El vuelo de una mariposa en China, puede provocar un tsunami en el otro lado del mundo" 
La mayoría de nosotros somos "curritos" trabajadores, desde el maestro de escuela, el profesor, enfermera o médico, emprendedor, mecánico o fontanero, todos vamos en el mismo barco y es bien posible que sin la unidad de todos, todos naufraguemos.
Así que vamos a ponernos las pilas y dejarnos de tantas y tantas mariconadas, que no nos conducen a parte alguna.

Iniciamos un nuevo caminar, nada volverá a ser igual que antes, un nuevo tiempo, una nueva era, se abre ante nosotros, cerremos los ojos y pensemos, que todo ha sido un sueño, pero no debemos olvidar, brindemos una oportunidad a este nuevo amanecer.


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