viernes, 31 de diciembre de 2010

DORIAN GRAY - La belleza y el placer de los sentidos


El intenso perfume de las rosas embalsamaba el estudio y, cuando la ligera brisa agitaba los árboles del jardín, entraba, por la puerta abierta, un intenso olor a lilas o el aroma más delicado de las flores rosadas de los espinos.


 
Lord Henry Wotton, que había consumido ya, según su costumbre, innumerables cigarrillos, vislumbraba, desde el extremo del sofá donde estaba tumbado -tapizado al estilo de las alfombras persas-, el resplandor de las floraciones de un codeso, de dulzura y color de miel, cuyas ramas estremecidas apenas parecían capaces de soportar el peso de una belleza tan deslumbrante como la suya; y, de cuando en cuando, las sombras fantásticas de pájaros en vuelo se deslizaban sobre las largas cortinas de seda india colgadas delante de las inmensas ventanas, produciendo algo así como un efecto japonés, lo que le hacía pensar en los pintores de Tokyo, de rostros tan pálidos como el jade, que, por medio de un arte necesariamente inmóvil, tratan de transmitir la sensación de velocidad y de movimiento.

El aire arrancó algunas flores de los árboles, y las pesadas floraciones de lilas, con sus pléyades de estrellas, se balancearon lánguidamente. Un saltamontes empezó a cantar junto a la valla, y una libélula, larga y delgada como un hilo azul, pasó flotando sobre sus alas de gasa marrón. Lord Henry tuvo la impresión de oír los latidos del corazón de Basil Hallward, y se preguntó qué iba a suceder.

-¿Dorian Gray? ¿Es así como se llama? -preguntó lord Henry, atravesando el estudio en dirección a Basil Hallward.


Lord Henry alzó las cejas y lo miró con asombro a través de las delgadas volutas de humo que, al salir de su cigarrillo con mezcla de opio, se retorcían adoptando extrañas formas.

-Sí; así es como se llama. No tenía intención de decírtelo.

   Es mucho mejor no ser diferente de la mayoría. Los feos y los estúpidos son quienes mejor lo pasan en el mundo. Se pueden sentar a sus anchas y ver la función con la boca abierta. Aunque no sepan nada de triunfar, se ahorran al menos los desengaños de la derrota. Viven como todos deberíamos vivir, tranquilos, despreocupados, impasibles. Ni provocan la ruina de otros, ni la reciben de manos ajenas.

             El retrato de Dorian Gray


                                            Oscar Wilde

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Siempre mañana



Siempre mañana
Las chorradas que decimos en la red nos cuentan una pasta gansa, permitirnos el lujazo de explayarnos en estas paginas u otras parecidas supone un gasto de cincuenta a cien euros mensuales, lo importante es que somos felices con ello.
__Nos escondemos detrás de seudónimos__en muchos casos__para manifestar nuestra cobardía o el que dirán si me conociesen realmente.
__Criticamos una sociedad de la cual todos somos participes y consentidores, somos incapaces de crear Sociedades Civiles para mover nuestros intereses y manifestarnos por el abuso de poder de nuestras instituciones.
__Para que nos sirve tanta red social y tanta leche si somos parásitos redentores de nuestra propia redención, conformistas de nuestro inconformismo, esclavos de silencios interminables manifestados en negro sobre blanco, en un tipismo Kafkiano que se llama escritura, nadie te lee salvo tus parroquianos, nadie te escucha salvo tu conciencia.
__¿A quien le interesa tu opinión, salvo a ti mismo?
__¿Es tan difícil comunicarse?
__¿Es tan difícil que todos a una salgamos a la calle a decir, basta?
__¿Es tan fácil ser tan patético, y no sentir vergüenza?


Hubo un tiempo en el que yo era más feliz, quiero volver a ese tiempo, en el que la lucha solo era cuestión de supervivencia, en el que vivir era seguir viviendo, en el que levantarse por la mañana era disfrutar de un nuevo día, cuando no tenia capacidad de pensar, cuando mi ignorancia me hacia ser atrevido e iluso, cuando ser pillo era una necesidad convertida en virtud y cuando en la taberna se ahogaba la mala conciencia y los malos pensamientos.

Quiero volver al surrealismo, al impresionismo que crea un cuadro tomando la grandeza de un paisaje, de la vida, quiero ser yo, un ser dotado de la minima esencia, sentir de nuevo la llamada del amor desgarrado en mi corazón, el canto de un pájaro, el llorar de un niño, quiero ser yo, quiero ser humano.

 Quiero sentir la necesidad de me quieran, quiero ser un loco con razón mas que un cuerdo sin ella, quiero ver la luz que agoniza en mis fantasías, quiero tener alma, quiero creer que lo que digo es cierto.

Quiero ser Ulises que atado a un mástil evito ser provocado por cantos de sirena, por loas que vagan en el aire y te incitan a querer ser mas que un Dios.

No quiero ser un Dios alado lleno de insuficiencia, un ser despreciable que solo ejercita el egoísmo y la vanidad para ser amado.

No quiero ser Adonis ni Narciso para ser querido, quiero ser yo, un ser imperfecto, amor que perdure en el tiempo, un buen padre, un buen marido, un buen hijo, un buen amigo.

__¿Es demasiado tarde para lograr cumplidos mis deseos?

Cruel necesidad que embarga mis anhelos, cruel destino que lleva mi desdicha, ni otra vida anhelada cumplirá mis deseos, el camino trazado lo tracé con mis manos, mis pies fueron marcando la senda del camino, demasiado cansado para volver atrás.

Hoy es un día más de mi corta vida, mañana tratare de cambiarla, siempre mañana.
                                                   
              Rafael Languedoc

martes, 28 de diciembre de 2010

Alfredo Liaño Corrochano-El silencio de corderos

  
LA noche está al caer envuelta en hielo, mis hijos están en casa y el fuego encendido. Ahora es noticia que los hijos estén en casa; antes la noticia era que no estuvieran. Pero es así, aunque nunca te acostumbres del todo. Además ahora vienen multiplicados y hay que andar gazapeando por la casa para no descornarte con los juguetes sabiamente esparcidos como trampas en la sabana. Porque, como es de ley, nosotros somos más de los Reyes Magos que del tal 'Santa', que habla extranjero y se ríe como un político a los postres, pero entre la abuela y los chinos han debido de nombrar a Santa Claus vice-rey o algo así, quizá únicamente para ver tropezar al abuelo. Y mi chiribitil rayano, recostado en el paisaje mágico de La Codosera, se convierte en basílica familiar por unos días. Y la ilusión de los niños, y sus risas y la sensación de plenitud quedará prendida, una vez más, en las paredes de cal y añil, para cuando vengan días de frío del de verdad, del que se amartilla por dentro.
Anochece y las risas de mis nietas me llevan a pensar en la otra niña, catorce años, Dios mío, que cada tarde era aderezada para que unos depravados oficiaran la navidad más sacrílega en su cuerpo, babeando sus escondrijos, despatarrando su infancia en la miseria de un inmundo cobertizo, junto al vertedero, por unas cuantas monedas emponzoñadas. Y en sus cómplices. En quienes lo sabían y callaron porque 'pensaban que era rumana' y eso, al parecer, lo cambiaba todo. En quienes se pavonearon de su atrocidad en la barra del bar, y en los que les rieron la gracia. En quienes tenían la obligación de saber y prefirieron mirar para otro lado. En quienes ahora reclaman que no se hable de ello, porque no es buena imagen. Y en quienes, también ahora, se atreven a perseguir al policía, Pedro José Torrado, que con temeridad heroica se atrevió a salvarla porque, al parecer, lo hizo público; grave delito en un país en el que los sumarios más secretos se filtran a la emisora o al diario amigo con impunidad absoluta y contumaz. Y siento no poder volver atrás y que a todos esos se les exhibiera en la picota, desnudos de toda dignidad. Pero eso vulneraría su derecho a la intimidad y al honor. Al de ellos, tan respetuosos con la intimidad y el honor de una niña aterrorizada. Está bien que el pueblo se manifieste en repulsa de lo sucedido. No para limpiar un nombre que nadie ha ensuciado, y aún menos para que, los que por acción u omisión fueron responsables, se escuden en la inocencia de la mayoría para camuflar su culpa.
Hasta mi refugio en el antiguo doblado, llegan las risas de mis nietas que aún corretean bajo mi ventana y pido que sus risas lleguen hasta el corazón de la otra niña, sólo unos años mayor que ellas, para que pueda volver a ser la niña-adolescente que era, quizá rebelde, difícil, hasta insufrible en ocasiones, pero niña.
Alfredo Liaño

El Chorrituelo en Ovejuela

jueves, 23 de diciembre de 2010

El niño que cuidaba de los gansos.

                                                        LAS ESPONJAS
Yo no fui cabrero, pero con cinco años cuidaba de los gansos en la finca que mi madre y mi abuela trabajaban, casi, por lo poco que había y haber, haber, era menos y mas cuando el amo vigilaba hasta los huevos de los gansos que muchas veces eran pasto de las zorras, pero esa es otra historia.......
__Veía a los gansos como unos animales enormes, sus picos llegaban a la altura de mi cara y muchos la sobrepasaban, no se cuantos podía haber, unos cincuenta quiza más__la finca estaba dedicada al cultivo de esponjas vegetales, en aquella epoca su comercialización era muy importante en España__se instalaban unos postes de unos tres metros de altura y se terciaban alambres que unian los mismos y por ellos se guiaba la planta para que de ella pendiesen los frutos que eran como calabacines o pepinos gigantes.
__Este trabajo era realizado enteramente por mujeres y en ese ambiente de hembras y matriarcado crecí, fui hijo único porque al ser mi madre abandonada, bastante tuvo conmigo para poder criarme, siempre he creido que aquella etapa de mi vida me marco para siempre, al unico hombre que conocía era un joven hermano de mi madre que vivia con nosotros.__Los recuerdos que me ocupan de el no son muchos, pero si recuerdo que me sentaba en sus rodillas al cuidado del fuego de la chimenea y me cantaba insistentemente la misma canción, una cancion aprendida de su padre, que siempre la interpretaba sentado al resguardo del fuego:


  Oh que chaqueta tan mona que bonito tiene el corte,
dime con el pensamiento donde has pasado la noche,
la noche yo la he pasado en el cuartel de la ria,
con el sargento primero de la quinta compañía.


__Repetia y repetia aquellas frases hasta la saciedad y me quedaba profundamente dormido.....
Al día siguiente era tan duro mi despertar como el hambre que corroía mis entrañas....


Rabié de llanto, hasta
cubrir de sal mi piel,
por un mundo de pasta
y unos hombres de miel.
Por el cinco de enero,
de la majada mía
mi calzado cabrero
a la escarcha salía.
Y hacia el seis, mis miradas
hallaban en sus puertas
mis abarcas heladas,
mis abarcas desiertas.
[Miguel Hernandez]


                                                                                                                      Rafael Languedoc


Ciudad de las Artes y las Ciencias - Valencia

                               Javier Sanchez en el puente de Agora - Valencia


                               El Corte Ingles de la Alameda y Acua - Valencia


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Ermita de Coria - Cáceres


Ermita de Coria - Cáceres
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Desde la Tierra de Avatar

En Avatar solo existe la Felicidad

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Feliz Navidad 2010 de Felix Barroso

http://www.hoy.es/prensa/20101222/opinion/feliz-navidad-20101222.html

                                                     LA NOCHIGÜENAH

TREMENDO que tú y los que bebéis por el mismo jarro añoréis con tanto ahínco la Navidad de los cristianos! Quien apostrofaba de tal manera (caso verídico de una 'Nochigüénah') era un elemento cenceño y repeinado, ajeno a nuestra corrobla, pero que se metió a moscardonear cuando libábamos de pitarra en un bar; un tipo de esos que, dada su ideología, intentan patrimonializar desde la noción de España hasta todo lo que rezume cristianismo, envuelto, claro está, en ese rancio nacionalcatolicismo del que hacen gala. Pertenecen a ese gremio de individuos de mucho golpe en el pecho y que vociferan en la calle cuando alguien pretende, de buena fe y de acuerdo con la aconfesionalidad de nuestra Constitución, descolgar crucifijos y otros símbolos religiosos de los centros públicos. Si por algunos fuera, la imagen de Cristo, símbolo de la paz y de la vida, debería continuar presidiendo nuestras escuelas al lado de aquella otra que representa a un general de ingrata memoria, símbolo de la guerra y de la muerte. Más valía que leyeran y releyeran a Juan y a Marcos, preclaros evangelistas, que dejaron bien sentado aquello de «quien rinde culto a la personalidad, oprime y avasalla, yendo en contra de los designios de Jesús».


Pero, en fin, muchos de los que beben de mi mismo jarro y yo mismo solemos volverles educadamente las espaldas a quienes interrumpen airadamente nuestras chácharas en torno a la pitarra, y nos evadimos, en estas fechas, realizando una inmersión en la nostalgia. Bien dijo Joaquín Sabina que no hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás existió. Sin embargo, nuestras nostalgias toman antiguos derroteros y se van, irremediablemente, a nuestras patrias infantiles, las únicas patrias en las que personalmente creo; sóbranme unidades de destino en lo universal y otras zarandajas imperiales. ¡Y vaya que si existieron nuestras patrias infantiles! Envueltas en nostálgicas borrinas, se allegan a nosotros y píntannos un mundo navideño donde la escasez era mucha pero mayores eran la alegría y la solidaridad. Responder podemos al poeta japonés Kobayashi Issa cuando preguntábase en sus versos: «¿Sentirán nostalgia los días de neblina las ninfas del cielo?» ¡Cómo no van a sentirla! Cuando la ajetreada desvalorización y el inhumano consumismo, alentados por esos mercados que no tienen alma, reman turbulentamente por nuestras arterias, precisamos aún más de la nostalgia. Llevados por su mano caliente, nos vemos convertidos en muchachos heridos por sabañones, embutidos en bastas calzonas de pana, con botas o sandalias boquihambrientas, recogiendo por tapias y canchales los líquenes y musgos para el mágico y grandioso nacimiento que montaban en la iglesia... No había 'papasnoeles' ni árboles cargados de bombillas; holgaban, entonces, anglosajones tradiciones por estos campos de bellotas.


¡Cuánto habría que hablar de esas fechas que giran en torno al solsticio de invierno que ya fueron celebradas por antiguas culturas! Otro día seguiremos. Ahora, desde los vértigos que acometen nuestra 'Pingolla', sólo nos resta por desearles, a chicos y grandes y a tirios y troyanos y a rojos y azules, ¡fraternal y feliz navidad!

             Felix Barroso.

TRATA DE BLANCAS



             En Arroyo de San Serván__Extremadura__.Una joven menor es secuestrada, retenida y obligada a  ejercer la prostitución por una comuna de rumanos, ante la mirada impasible de propios y extraños, nadie hace absolutamente nada hasta que:
Un policía local la liberó el sábado 4 a las 9 de la mañana, en solitario y aprovechando que había pocos rumanos en la casa 
Un policial local que debía limitarse a realizar labores administrativas, no a patrullar el pueblo, devolvió la libertad a la joven secuestrada. Lo hizo en solitario, sin ayuda ni de efectivos de la Guardia Civil o de otros compañeros municipales, a primera hora de un sábado en el que apenas había rumanos en la casa donde estaba raptada. Pedro José, municipal de Arroyo en segunda actividad, había hecho unos días atrás sus averiguaciones después de que algún «confidente» le hablara de que en la calle La Sierra había una 'inquilina' muy especial.
Antes de eso, el policía había tenido conocimiento de un oficio de la Policía Nacional en el que se informaba de la desaparición de una menor de Madrid.
Rumores siempre hay en un pueblo (y en los casos de rumanas explotadas sexualmente, hay más), pero certezas, pocas y hasta que no la tuvo no se atrevió a dar un paso adelante. «Utilicé los contactos que tengo y cuando tuve la certeza de que estaba en esa casa, no me lo pensé. Fui y conminé a un rumano que la vigilaba a que me la entregara», relata el policía local, quien actuó siempre desarmado porque carece del permiso de Alcaldía para llevar pistola.
Lo hizo poco después de las nueve de la mañana del sábado 4 de diciembre. Pedro José se llevó a la menor, que la encontró «muy asustada», la sentó en la parte trasera del coche de la Policía Local y la condujo a las dependencias del cuerpo en el Ayuntamiento. Antes, intentó asegurarse de que no había «movimientos extraños» en la calle. Desde las dependencias de la Policía Local, llamó al cuartel de la Guardia Civil del pueblo, que se hizo definitivamente cargo de la joven raptada.
«Pensado a posteriori, la verdad es que pienso que me jugué el tipo pero lo hice de esa manera, y en ese momento, porque pensé que era la mejor manera para liberarla», comenta el policía local, quien admite que, tras esa actuación, pasó varios días con los nervios metidos en el cuerpo.
«Lo piensas una y otra vez.... (silencio de unos cuatro segundos). Lo que realmente te compensa todo es que la chica ya está en casa, con sus padres, y ha terminado el calvario que estaba pasando, aunque de los daños físicos y, sobre todo, los morales que ha sufrido tardará tiempo en recuperarse», finaliza.
   Esto es una vergüenza, por parte de los jueces, policías que se hacen los sordos y políticos sinvergüenzas que legislan mal y tarde.

martes, 21 de diciembre de 2010

Juan Salvador Gaviota

-¿Dónde están los demás, Rafael? -preguntó en silencio, ya bien acostumbrado a la cómoda telepatía que estas gaviotas empleaban en lugar de graznidos y trinos-. ¿Por qué no hay más de nosotros aquí? De donde vengo había...... miles y miles de gaviotas. Lo sé. -Rafael movió su cabeza afirmativamente-. La única respuesta que puedo dar, Juan, es que tú eres una gaviota en un millón. La mayoría de nosotros progresamos con mucha lentitud. Pasamos de un mundo a otro casi exactamente igual, olvidando en seguida de donde habíamos venido, sin preocuparnos hacia donde íbamos, viviendo solo el momento presente. ¿Tienes idea de cuántas vidas debimos cruzar antes de que lográramos la primera idea de que hay mas en la vida que comer, luchar o alcanzar poder en la Bandada? ¡Mil vidas, Juan, diez mil! Y luego cien vidas más hasta que empezamos a aprender que hay algo llamado perfección, y otras cien para comprender que la meta de la vida es encontrar esa perfección y reflejarla.
                                                                    Ribadesella-Asturias


-Bueno, ¿qué pasará ahora? ¿A dónde iremos? ¿Es que no hay un lugar que sea como el cielo?
-No, Juan, no hay tal lugar. El cielo no es un lugar, ni un tiempo. El cielo consiste en ser perfecto. -Se quedó callado un momento-. Eres muy rápido para volar, ¿verdad?
                  Richard Bach

sábado, 11 de diciembre de 2010

EL RETOÑAL, DE MARIN PARA SU PADRE...

       Tenéis obligación de leer esta bonita historia, la de un torero formado en la dehesa desde niño y conociendo como nadie el mundo del toro.



A MI PADRE...

Son las tres de la mañana, y aquí en el hospital, la soledad es jodida. Llueve como si no hubiese llovido nunca y la maquina del café ya me ve venir y me teme. Hoy me ha tocado pasar la noche con mi padre, que hace un par de domingos le dio un infarto. Ha sido fuerte la voltereta, la verdad, pero siempre fue un tipo duro y, gracias también a la rápida actuación de los servicios sanitarios del 061, de esta va a salir seguro. No se me puede olvidar la parte primordial de protagonismo que tuvo mi perra Kenia en la rápida atención de mi padre. Kenia, su Kenia como el le dice, que mas adelante os contaré el papel tan fundamental que tuvo en toda esta historia....

domingo, 5 de diciembre de 2010

El candil - Esta es mi historia pg.5


El trabajo de un leñador consistía en la limpieza y desbroce de la zona a abatir, un equipo de técnicos marcaba, señalaba y media los árboles y el propósito para los que iban a ser destinados. Los secos o enfermos se destinaban para leña y fundamentalmente para hacer carbón, el diámetro de corta de los pinos para madera, debía superar los ochenta centímetros, establecer una zona de caída y una de fuga para el arrastre de los mismos, que se realizaba con dos caballos de arrastre y si la madera era cortada en el lugar de origen para tableado, se hacían grandes haces de troncos a partir de un metro y medio de largo y se transportaban en trineos, schlitte, que se deslizaban por las vías de fuga especialmente preparadas para ello, podían incluso salvar grandes desniveles, colocando dos grandes troncos en el vacío, unidos por pequeños troncos transversales sacados de las ramas desechadas y deslizar por ellos los trineos, la realización de este trabajo era ardua y peligrosa. El guía del trineo se apostaba delante del mismo y se dejaba deslizar, utilizando sus piernas para el giro o frenada, pericia y fuerza se aunaban para conseguir la perfecta realización del trabajo.


  Según la capacidad de cada hombre se le asignaba un trabajo,  que tenia  que ejecutar a la perfección para el buen funcionamiento del equipo de corta y arrastre.

  Dependiendo de muchos factores el trabajo en los bosques se ejecutaba en desplazamientos de una semana al interior de los mismos, del 15 de Abril al 15 de Octubre, épocas en las que el rigor del clima era mas atenuado, en invierno los desplazamientos eran de un día , la nieve y el frío reinante impedían cualquier otra labor, se dedicaban a la limpia y poda de los montes o se hacia carbón con la leña obtenida.

   En los desplazamientos semanales, un leñador cargaba con un aprovisionamiento de víveres que consistía en 16 kilos de patatas, 2 kilos de pan,  750 gramos de mantequilla y ½ kilo de sal, algo de carne en sazón, una marmita para poder hacer una sopa o un puré patée, que los alemanes y alsacianos llamaban, stampfer. Se hacían cuatro comidas diarias, la primera a las seis de la mañana, otra a media mañana, a mediodía, a las 4 de la tarde y a las 8 de la tarde, las comidas consistían en comer siempre lo mismo con la variante de la forma de hacerlo, la posible carne para la marmita se obtenía muchas de las veces, con  la caza o animales aplastados por la acción de la corta, la comida se regaba con el agua de las fuentes que abundaban en el lugar, no se permitía el vino o la cerveza para evitar accidentes y sobre todo retrasos en el trabajo. La cuantía de una vida dependía siempre de la capacidad de trabajo de la misma.

  El salario de un leñador era de cuarenta a cincuenta francos por semana en verano, de cero a 20 francos en invierno, dependiendo de la producción y el clima, se adelantaba dinero a cuenta de la próxima corta.  Los tres habían llegado en época de frío y lluvias, el quehacer era menor y el sueldo escaso, la vida en aquellos bosques era monótona, sobre todo para Rafael que era el único casado de los tres y tenía que ahorrar para traer a Sabina y sus hijos.
  Luis y Mariano se planteaban otro sistema de vida eran jóvenes y solteros, se sabían relacionar con otros de su edad y empezaron a conocer chicas en el pueblo, en poco tiempo parlucheaban el Frances para defenderse y al no tener en común otra lengua que no fuese la del lugar, aprendían rápido.

Monsieur Dunier había notado buena mano en la realización del carbón de leña por parte de Rafael, oficio que había aprendido de su padre y que manejaba bien desde mozalbete, pasando largas temporadas en las dehesas extremeñas bien pobladas de encinas y robles, con cuya madera se hacia un carbón de mas larga duración pero con menos poder calorífico que el carbón de pino. De hayas y abedules eran ricos los bosques de la Lorraine, de cuya madera Rafael tenia menor conocimiento. Pero lo que bien se aprende nunca se olvida, Dunier deposito su confianza en Rafael y no quedo decepcionado. Semanalmente Luis y Mariano transportaban el carbón a unos depósitos de Loissey, para desde allí ser llevado hasta Bar-le-duc, cargado en trenes por la compañía maderera y ser distribuido para su uso en todos los hogares.

  Llegado abril la pequeña comuna volvió a moverse febrilmente, el trabajo y el dinero  llamaba de nuevo a sus puertas. Los hombres preparaban los caballos de tiro con el avant train, una especie de carro especialmente preparado para el arrastre, los schlitte, grandes sierras para dos hombres, hachas, gigantescas, podones y azadas de corte para la limpieza de los gigantes abatidos.
  Ingenieros y guardabosques se pusieron en marcha cargados con mosquetones para empezar a marcar y seleccionar la tala, los niños cantaban , corrían y reían con la llegada de la primavera, el sol volvía a iluminar todos los hogares, Rafael sonreía, muy pronto Sabina y sus hijos estarían con el, una nueva vida comenzaba para todos.

  

Todo comenzó en 2019 (La Covid 19)

—La manifestación vírica de un patógeno que cambió nuestro mundo para siempre, la Covid 19—  Todo empezó aquí y nos cogió a todos por sorpre...