sábado, 12 de marzo de 2011

Se ha ido mi madre, mi pajarito.__ Cuando nací.

Nada es lo que parece
miércoles, 14 de abril de 2010
 16:25
De una forma espontanea y por ello nada bien definida, espero sacar a la luz los resultados que puedan nacer de estas paginas, una serie de notas en las que manifestar mi estado de animo y todo aquello que pudiera o pudiese ayudarme a establecer una relación, entre hechos pasados, presentes y venideros.
Lo he intentado muchas veces y cuando llega la hora de plasmar mis pensamientos, no logro estar contento con el resultado escrito, los pensamientos se acumulan en una especie de jeroglífico, difícil de poner en orden.




Coria, año de 1.951
El lugar donde nací debía tener mas o menos estas características. Unas casas de barro adosadas a lo largo de la orilla del rió Alagón, a pocos metros el puente de hierro, que en aquella época se magnificaba en todo su esplendor.

Las casas eran  propiedad de una mujer de mediana edad, conocida en el entorno como la Candela Guarra, mujer luchadora, que según las malas lenguas, pernoctaba con algún viajero que al lugar se acercase, a cambio de unos cuantos reales, la vida era muy dura. Alquilaba algunas de sus estancias, lúgubres  y con olor a tierra húmeda, a las lavanderas del pueblo. Dejaban sus "avios" al atardecer  y volvían al día siguiente para tenderlos en los tamujales que sembraban la orilla del rio.

A mi abuela le había alquilado una de esas estancias a cambio de algún trabajo, no remunerado, como era de uso en la época. Mi madre por aquel entonces contaba con 28 años y por las fotos que he visto parecía tener cuarenta, quedose embarazada de un noviete que frecuentaba, poseedor de algunas fincas familiares y que mas o menos contaba con unos medios de subsistencia muy superiores a los de mi madre, que solo tenia el sol, la luna y un hijo bastardo en su vientre.

Mi abuela, pobre de solemnidad, pero muy orgullosa, no permitió nunca aquella relación y así nací yo, mas pobre que el epitafio de un sin nombre y con un estigma, ser hijo de madre soltera.

Esas reflexiones fueron escritas hace un año: Hoy en Coria 10 de Marzo de de 2011 a la misma hora que las escribí, ha muerto mi madre y el día que las escribí fue el cumpleaños de mi hijo, me he quedado sin alma solo me queda la vida y es tanto el dolor que no siento nada. Mi hijo la despidió con una canción como a ella le hubiese gustado, cantame mi niño, cantame.
Solo tengo lagrimas y dolor, hoy me he levantado, he ido al cementerio, me he sentado al lado de su tumba, le he llevado una foto y encendido una vela, he querido rezar pero no me salían las palabras, solo podía llorar.
¡Mi pajarito, mi pobre pajarito, mi amor!__ No se como puedo escribir, pero tengo que hacerlo para que tus nietos conozcan tu historia. 


                                                        

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando perdemos algo tan amado, se nos adelantas un montón de recuerdos.Son trocitos de nuestra alma, trocitos de nuestra vida.¿Pero porqué lloramos?, lloramos porque vemos que hemos dejado de abrazarnos en el transcurso de la vida. Hemos dejado que nos robaran el tiempo en pequeñeces que ahora vemos, y que antes nunca pensamos que añorariamos con dolor. Un abrazo Rafael.

candela dijo...

Siento mucho tu dolor Rafael, que has plasmado de forma breve y desgarrada. A veces no hacen falta grandes palabras ni largas descripciones para trasladar sentimientos.

Estabas y estás orgulloso de ella y la querías. Cuando queremos mucho en esta vida, cuando tenemos esa suerte, siempre pagamos un precio en tristeza y soledad. En la que quisiera que sintieras mi apoyo y empatía.

Un beso muy fuerte.

MARIN dijo...

Lo siento muchisimo Rafael. La vida es asi de dura y por mas que sepamos que algun dia nos separaremos irremediablemente de nuestros seres queridos, nunca lo llegamos a aceptar del todo. Y mas despues de saber lo luchadora que ha tenido que ser tu madre durante toda su vida.
Comprendo como te tienes que sentir. Llevo cuatro meses viendo como a mi padre se apaga poco a poco y es duro la verdad. Pero en estas ocasiones hay que ser un poco toreros y reponerse cuanto antes de las cornadas.
Un abrazo y muchas fuerzas Rafael.

Rafael Valiente Ortiz dijo...

Marín queridos amigo, no sabes cuanto me reconfortan tus palabras, toda mi verborrea se queda en un sollozo, anónimo describe muy bien lo que me ocurre, ese es mi dolor, cuantas veces me decía__¿Ya te vas hijo?__siempre tenia prisa, que dolor Dios mio, cuantas cosa me quedaron por decirle.
Marín amigo, tu que eres un hombre tan bueno y que tienes un corazón tan grande, dile a tu padre cuanto lo quieres, cuanto te enseño y lo mucho que lo admiras, yo se que lo haces amigo, pero todas las palabras son pocas, sabes que te admiro porque trasmites ser un gran hombre, ayer mismo te leíamos mi hijo y yo, me decía,__papá tenemos que acercarnos un día a Trigueros y conocerlo, has visto lo que cuenta y como lo cuenta__si hijo si, es una gran persona, el fue quien te descubrió en el mundo del toro, que es su vida su pasión.
Gracias Marín.

Rafael Valiente Ortiz dijo...

Candela amiga, desde el mismo día que te descubrí, supe que podía contar contigo, esa empatía a la que tu haces referencia había nacido, viniendo de ti, cuanto bien me hacen tus palabras.
En mi caso, como no iba a sentirme orgulloso de mi madre, en aquellos años tan duros de mi infancia trabajó como una loca para darme estudios y educación, la moral y la ética que me enseñó a pesar de los duros avatares de la vida, nadie le regaló nada, pero ella, si algo tenía, era de todos.
Gracias Candela, gracias amiga, sigue siempre así.__Un beso.

Rafael Valiente Ortiz dijo...

Anónimo, te agradezco enormemente tu comentario y has entendido perfectamente mi dolor.
¿Cuantos abrazos no dados y cuantas cosas me quedaron por decir?
Gracias amigo, gracias.
Un abrazo.

José Luis Valladares Fernández dijo...

La vida es así de dura, amigo Rafael. Estamos, como dice una oración "en este valle de lágrimas", y el dolor psíquico aparece de repente cuando menos lo esperas.
Pero no debemos desesperarnos, ya que si no hay justicia en este mundo, por jolines tiene que haberla en el otro. Y tu madre, seguro, se estara viendo reconfortada de todas las estrecheces y calamidades que pasó aqu í en este mundo.

Un abrazo de corazón

Rafael Valiente Ortiz dijo...

Gracias Jose Luis. un abrazo.

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